Qué ver y hacer en Sevilla en 3 días
Saca lo mejor de la ciudad con nuestro itinerario de 3 días. Sevilla te sorprenderà con sus palacios señoriales y espléndidos monumentos
¿Tienes un fin de semana largo disponible y te apetece descubrir una ciudad histórica? No lo dudes más, Sevilla es la respuesta a tus preguntas. La capital andaluza ofrece un sinfín de cosas que ver y hacer pero con tres días verás lo esencial. Aquí encontrarás todo lo que puedas necesitar: monumentos, restaurantes tradicionales, espectáculos de flamenco y una vibrante vida nocturna. ¿Listo para partir?
Día 1. Descubre la Sevilla monumental
En el primer día lo vamos a enfocar hacia lo esencial de la capital andaluza. La ruta se concentra entre el casco viejo y el famoso barrio de Triana.
Para realizar un trayecto sencillo y en mayor parte peatonal, hemos colocado el punto de partida debajo de un icono de Sevilla: la Torre del Oro.
Pasea debajo de la atalaya del Guadalquivir
La Torre del oro es uno de los mejores monumentos de la capital andaluza. Fue construida en los últimos años de la dinastía almohades y cuenta con una gemela en la cercana calle Santander: la Torre de la Plata. La atalaya marcaba el inicio del puerto viejo y tenía una función defensiva.
En la época musulmana no existía un verdadero puente entre Sevilla y Triana sino unos barcos alineados y mantenidos estables a través de una cadena. Esta barrera cerraba el paso a los navíos enemigos y frustró unos cuantos intentos de abordajes como, por ejemplo, la del marino castellano Ramón de Bonifaz.
La Torre del Oro se puede visitar todos los días de la semana de 9:30 a 18:45 (de lunes a viernes) y de 10:30 a 18:45 (sábado y domingo).
Dedica unas horas al Real Alcázar
Muchas personas que visitan Sevilla pasan por alto este tesoro. Tal vez sea por falta de tiempo o tal vez por no haber comprado las entradas con antelación.
No cometas el mismo error, no puedes volver a casa sin visitar el Real Alcázar. Es una atracción muy codiciada y es preferible asegurarse una entrada antes de partir.
El Alcázar es uno de los palacios reales más antiguos y todavía en uso. Cuando los Reyes viajan a la capital andaluza se siguen alojando en el Cuarto Alto, una espléndida residencia que ocupa la parte superior del Palacio Mudéjar. Su aspecto actual se debe a Isabel II y se puede visitar todos los días de la semana.
Te recomiendo dedicar un poco de tiempo a este espléndido monumento. Hay mucho que ver y algunas estancias destacan sobre las otras. El listado de abajo reúne nuestra top five:
- Patio de la Montería, el más grande del Alcázar. Debajo del suelo se esconden los cimientos de un edificio de la época musulmana. Es un punto de acceso monumental que da la bienvenida a los visitantes
- Casa de Contratación
- Palacio de Pedro I
- Palacio Gótico, un edificio que simboliza el triunfo del cristianismo. Fue levantado por voluntad del rey Alfonso X El Sabio
- Jardines
Continúa el paseo por la Catedral de Sevilla y la Giralda
La Catedral de Sevilla es la cuarta más grande del mundo. Sólo San Pedro y la basílica brasileña de Nuestra Señora Aparecida le superan en tamaño. Como ya sabes, Sevilla tiene un pasado marinero y su iglesia principal conserva los restos del navegante más famoso: Cristóbal Colón.
El marino descansa en un cenotafio monumental en el interior del templo aunque no fue siempre así. En principio, Colón estaba enterrado en Valladolid aunque algunos aseguran que la verdadera tumba se encuentra en Haití. Sin embargo hay mucho más que ver y si tuviera que escoger una sola actividad, te recomendaría un paseo por la cubierta.
Además de conocer la tumba de Cristóbal Colón y sorprenderte con la visita de las cubiertas y las vidrieras de la Nave Central, no puedes perderte la memorable subida a la Giralda. Merecerá la pena el esfuerzo por las espectaculares vistas que ofrece esta torre campanario de Sevilla, especial donde las haya.
Refréscate en el Parque de María Luisa
Después de una larga visita una pausa al fresco siempre viene bien. Afortunadamente, al lado del Alcázar se encuentra un parque histórico con fuentes, bancos, estatuas y una lujuriante vegetación.
Ocupa una superficie de más de 340 mil metros cuadrados y tiene mucho encanto. La conformación actual se debe al ingeniero francés Jean-Claude Nicolas Forestier que se había formado en el bosque parisino de Boulogne. El Parque de María Luisa abre de 8:00 a 22:00 (otoño e invierno) y de 8:00 a 24:00 (primavera y verano).
De camino al parque, deslúmbrate y hazte unas fotos en la maravillosa Plaza de España. A nadie deja indiferente este conjunto arquitectónico de grandes dimensiones y que ha sido escenario de películas tan importantes como "Lawrence de Arabia", "Star Wars" o "El Dictador".
Día 2. El Parador de Carmona te espera en la campiña sevillana
En el segundo día vamos a dejar Sevilla por unas horas. A escasa distancia se encuentra una ciudad que merece sin duda una visita.
Viaja a Carmona
Carmona es un municipio de unos 30.000 habitantes a poca distancia de Sevilla. Tartessos y fenicios la construyeron en lo alto de una colina que domina una llanura fértil. Gracias a su posición privilegiada se convirtió en una de las ciudades más importantes de la región. Basta pensar que durante la época romana tenía el privilegio de acuñar monedas.
Visitar Carmona te llevará por lo menos media jornada. Pese a su tamaño tiene un buen número de monumentos y generalmente las rutas empiezan en la Puerta de Sevilla, un acceso monumental rodeado por una fortaleza conocida como Alcázar de Abajo. La primera estructura data del siglo III a. C. aunque fue remodelada a lo largo de los años. De costumbre, las rutas tocan las siguientes atracciones:
- Plaza de San Fernando, el corazón de la Carmona Romana. Aquí se cruzaban las dos calles principales: el Cardo Máximo y el Decumano Máximo. Las obras de remodelación llevadas a cabo en 1924 le han regalado el aspecto actual
- Iglesia Prioral de Santa María de la Asunción, un templo tardogótico construido sobre los cimientos de una mezquita. Guarda un parecido con la Catedral de Sevilla y en su interior custodia un magnífico retablo mayor que representa escenas de la vida de Jesús
- Necrópolis, una etapa obligada en cada viaje a Carmona. Fue el primer museo español dedicado a los yacimientos arqueológicos y custodia unas cámaras funerarias excavadas en la roca. Las tumbas más famosas son las del elefante y la de Servilia. En el recinto del camposanto se encuentra un anfiteatro romano que podía hospedar a 18.000 espectadores.
- Hospital de la Caridad con su fachada de ladrillos. En el interior custodia una colección de pinturas flamencas
Prueba la gastronomía andaluza
Almorzar en Carmona te dará la oportunidad de catar sus manjares. El plato estrella es la alboronía, un guiso de verduras que se asemeja al pisto. Calabazas, berenjenas, calabacines, pimientos verdes y tomates se cocinan a fuego lento con un sofrito de aceite de oliva y una pizca de comino. En la ciudad, el restaurante de referencia es Abaceria Museo Restaurante (Calle de San Ildefonso 1).
Otras recetas típicas con las papas en amarillo (un guiso de patatas con azafrán que se cocina a menudo junto con chorizo, marisco o bacalao desmigado) y el potaje de tagarninas, un cardo común que crece espontáneo en los campos de la región. Para un buen almuerzo puedes optar por Molino de la Romera (Calle Sor Angela de la Cruz 8), La Yedra (Calle General Freire 6) o Lolita Fusión (Avenida Ronda Norte 48).
Toma un descanso en Triana
Después de comer en Carmona puedes volver a Sevilla y terminar la jornada en Triana. No muy lejos del centro, tan solo cruzando el Puente de Triana tienes a la otra orilla del río el barrio más popular de la capital hispalense.
Una buena manera para sumergirte en la atmósfera de Triana es reservando un tour de tapas. Hay miles de bares y algunos son auténticas instituciones. El Bistec es uno de estos y es conocido sobre todo por los calabacines fritos y las tortillitas de bacalao (Calle Pelay Correa 34). Otro establecimiento tradicional es Casa Cuesta que propone platillos con ingredientes frescos y locales. Prueba las berenjenas con salmorejo y los solomillitos al whisky, no te arrepentirás (Calle Castilla 1).
Para rematar el día puedes optar por un paseo fluvial. Hay varias opciones disponibles, de las más sencillas a los cruceros románticos y con cena a bordo. Sin duda una manera distinta de disfrutar de la ciudad.
Día 3. Recorre el centro para culminar un viaje inolvidable
En el tercer y último día volvemos a Sevilla para ver los monumentos que nos faltan. He insertado la excursión a Carmona en el segundo día para disfrutar de las últimas horas con más calma. De este modo no deberás volver enseguida a tu hotel o casa de alquiler.
Cruza el umbral de la Iglesia de la Caridad
La ruta empieza en un edificio que fue un hospital y una iglesia. Se construyó en el siglo XV para dar una sepultura digna a las personas sin recursos, a los condenados a muerte y a los desdichados que perdían la vida en el río. Tuvo un papel crucial durante la epidemia de peste y es sin duda uno de los edificios religiosos más importantes de Sevilla.
En su interior alberga obras de Roldán, Murillo y Zurbarán, entre otros, y una colección de esculturas religiosas procedentes de la ciudad italiana de Génova. Para profundizar su historia te recomiendo comprar una entrada con audioguía. El precio estándar es asequible - suele rondar los 8 € - y los jubilados pagan solamente 5 €.
Admira la Plaza del Cabildo
Una vez salido de la iglesia, gira a la derecha y luego toma la calle 2 de mayo. Después de pasar por debajo del Arco del Postigo del Aceite llegarás a la Plaza del Cabildo, un espacio en forma de anfiteatro rodeado por elegantes palacios. En el pasado, en este mismo sitio se encontraba el colegio de San Miguel que pertenecía al Cabildo de Sevilla.
Aunque no tiene la misma fascinación monumental de Plaza de España es un lugar tranquilo y que no suele estar masificado. Si te gustan los dulces y te apetece un capricho, te recomiendo parar en La Campana, una repostería que elabora manjares desde 1885. Entre sus especialidades podemos mencionar las tortas de polvorón, los cortadillos de cidra o la milhoja de turrón.
Disfruta del panorama en las Setas
Tras visitar un símbolo de la Sevilla gótica ha llegado el momento de ver un icono contemporáneo. Pon en Maps la dirección “Plaza de la Encarnación” y sigue las indicaciones, en unos 10 minutos llegarás a los pies de una gigantesca estructura de madera. Se trata de las Setas de Sevilla, una obra singular concebida por el arquitecto berlinés Jürgen Mayer.
Si lo miras de lejos verás que en realidad son seis parasoles en forma de seta y entrelazados entres ellos. Los ascensores llevan hasta el techo que se encuentra a unos 25 metros de altura, lo suficiente para sobrepasar los edificios que lo rodean. En cuanto al precio, depende de la hora. Si por el día deberás desembolsar 5 €, por las noches el importe sube a los 10 €. Si te interesan los planes después del ocaso te recomiendo leer el post sobre las 10 cosas que hacer en Sevilla por la noche.
Despídete de Sevilla en los bares de Alfalfa
Antes de hacer la maleta y despedirte de la ciudad hispalense, te mereces un capricho gastronómico. Como habrás notado en estos días, Sevilla y el tapeo van de la mano y Alfalfa es el lugar ideal para sentarse al sol de una terraza y pedir una caña bien fría. Hay unos cuantos turistas pero también los locales suelen salir por estos lares.
Su nombre deriva de la homónima planta herbácea que se utilizaba para alimentar a los animales. Alfalfa es jóven y cosmopolita y sin duda merece la pena pasar tus últimas horas aquí. En este barrio puedes escoger entre diferentes opciones para todos los bolsillos:
- Sal Gorda, una etapa obligada para los amantes de pescado y mariscos. Cuenta con una selección de recetas a base de atún rojo salvaje y bacalao islandés (Calle Beatriz de Bobadilla 9)
- Taberna Coloniales, un clásico del barrio. Los vecinos acuden aquí para el solomillo (al whisky, al roquefort, al Oporto o a la castellana), el paté y otras especialidades (Plaza Cristo de Burgos 19)
- Estrella, el bar a espaldas del Museo del Flamenco. Proponen una cocina familiar y sus tapas estrellas son a base de cola de toro o carrillada, pescaito frito y salmorejo (Calle Estrella 3)
- Donaire, un típico bar sevillano en el corazón de Alfalfa. Pide una copa de vino blanco y un platillo de chipirones a la plancha o de gambones al ajillo (Calle Jesús de la Tres Caídas 2)
¿Merece la pena un viaje de 3 días a Sevilla?
¡Claro que sí! Un fin de semana largo es lo ideal para ver lo esencial de la capital andaluza y un poco de sus alrededores. Si decides quedarte cuatro o cinco días en Sevilla te recomiendo explorar aún más la zona cercana. Una excursión muy codiciada es la que llega a Córdoba, la ciudad de la Mezquita. Otros destinos aconsejables son Doñana, Granada o los restos de Itálica.