10 cosas que ver en el Palacio de Versalles
Si estás pensando en visitar París, una de las paradas obligatorias es Versalles, una impresionante construcción del siglo XVII con más de 800 hectáreas y 2.300 estancias
Patrimonio de la Humanidad, el Palacio de Versalles es uno de los lugares más importantes de todo el continente dentro del periodo del siglo XVII. Lo que comenzó siendo el coto de caza de Luis XIII, se fue convirtiendo con los años en uno de los complejos monárquicos más relevantes de occidente.
La llegada al trono de Luis XIV o la Revolución Francesa han ido modificando y nutriendo este lugar, convirtiéndolo en uno de los museos más visitados de Francia. Si lo que quieres es sentir durante un día cómo vivía la monarquía, prepárate porque te haré un repaso de lo que no te puedes perder en Versalles. Así que, no esperes más y reserva tu entrada a Versalles y los jardines.
1. Sala de los Espejos
Construida en 1684 y con un marcado estilo barroco, la Sala o Galería de los Espejos sin duda es una de las estancias del Palacio de Versalles que más turistas atrae a lo largo del año. Lo que en un primer momento fue un encargo del rey para impresionar a sus visitas, hoy se ha convertido en el icono emblemático del Palacio.
Puede que ahora te pueda resultar banal, pero en aquella época, la fabricación y posesión de espejos era un lujo al que no muchos podían acceder. Es por eso que Luis XIV quiso llenar la estancia de enormes ventanales y espejos por toda la sala para demostrar el poder de su reinado.
La sala tiene una impresionante bóveda pintada por el artista Le Brun y ha sido usada desde hace siglos como un lugar para celebrar eventos, bailes y fiestas, pero también para firmar importantes tratados como el de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Sin duda, un lugar histórico en el que merece la pena detenerse.
2. Las Cámaras del Rey y de la Reina
Si quieres conocer de primera mano cómo vivían los reyes del siglo XVII que cambiaron la historia de Francia, no dudes en hacer una excursión desde París con visita guiada a Versalles y, por supuesto, no pierdas detalle de sus propias habitaciones. Las Cámaras del Rey y la Reina son dos de las salas más importantes y centrales de Versalles, ya que constituyen la parte más personal e íntima de la vida real.
A pesar de que la imagen de unidad de los reyes era igual de importante que hoy en día, ambos tenían habitaciones separadas adaptadas a las necesidades y protocolos. Así, aunque ambas Cámaras están igual de decoradas y lujosas, en la cámara del Rey la corte asistía todas las mañanas a su despertar por las mañanas, su hora del almuerzo y su hora de dormir.
Estas dos Cámaras tienen como pieza central los aposentos reales, donde se puede ver la cama donde dormía el propio Luis XIV y donde pereció en 1715. Conocer en carne propia la ostentosidad y el lujo de la época es algo fundamental dentro de tu visita al Palacio y podrás acceder fácilmente después de ver la aclamada Sala de los Espejos.
3. La Capilla Real
Todo Palacio que se precie necesitaba en aquella época disponer de una capilla a la altura del renombre de sus integrantes para poder realizar las misas diarias y las ceremonias. Como te habrás imaginado, en el caso de Luis XIV y su Palacio de Versalles, la Capilla Real acabó convirtiéndose en uno de los lugares más suntuosos de todo el complejo.
Ya desde fuera se puede observar cómo sobresale del resto de la construcción debido a sus techos abovedados, pero, sin duda, lo que te dejará sin palabras es su interior. Con un impresionante suelo de mármol macizo y todas las paredes y techo pintados por artistas de la época, la Capilla Real llegó a costar en su época más de dos millones de libras.
La Capilla que el Rey Sol nunca pudo disfrutar
Lo paradójico de esta Capilla Real es, precisamente, que Luis XIV puso mucho empeño y dinero en su construcción. Sin embargo, el resultado que tú podrás disfrutar en tu visita, no se terminó de hacer hasta 1710 y fueron solo cinco años después cuando falleció el monarca, dando por finalizada la época de monarquía absoluta en Francia.
4. La Galería de las Batallas
Antes de que existiera la fotografía y las redes sociales, los recuerdos quedaban guardados a través de cuadros y, como en Versalles les gustaba hacer todo a lo grande, al Rey Luis Felipe se le ocurrió en 1837 construir una enorme galería en el Palacio que retratara las grandes batallas y logros del país. Esta galería, a la que podrás acceder con tu entrada a Versalles, ocupa prácticamente toda la planta del ala sur del palacio y se ha convertido en una de las paradas obligatorias.
Como si de un panteón de viejas glorias se tratara, el reinado de Luis Felipe se encargó de crear y recopilar tantos bustos como cuadros que contarán cómo se forjó el Reino de Francia, desde batallas tan antiguas como la de Tolbiac, hasta algunas de su mismo siglo como la de Wagram.
Esta galería se ha convertido, prácticamente, en un museo dentro de otro museo y suele llamar mucho la atención a los visitantes por sus enormes proporciones y por la magnífica clasificación histórica, sirviendo casi de guion para entender toda la historia de la época. Algunos de los grandes cuadros que se exponen aquí y no puedes pasar por alto son:
- La batalla de Austerlitz de François Gérard.
- La entrada de Enrique IV en París de François Gérard.
- La batalla de Fontenoy de Horace Vernet.
- La batalla de Bouvines de Horace Vernet.
5. Los Salones del Imperio
En estas tres salas, tendrás oportunidad de ver los restos que quedan de un gran proyecto que llevó a cabo Louis-Philippe para reflejar las grandes glorias de Francia. Su reinado fue muy importante para el Palacio y rápidamente podrás darte cuenta al llegar de que se pueden diferenciar dos grandes periodos; la de la Residencia Real de las monarquías absolutistas y la de Museo de Historia.
Buena parte del esplendor del Palacio de Versalles se desarrolló durante el siglo XVII y el reinado de Luis XIV. Sin embargo, tras la Revolución Francesa, quedó abandonado y fue la llegada de Louis-Philippe, en pleno siglo XIX, el responsable de dar un nuevo aire al complejo. El rey quería devolver al palacio su esencia y distinción real y esta etapa la podrás ver claramente reflejada en los Salones del Imperio que, constituido por tres salas, forman parte de lo que se conocía en la época como el Museo de Historia de Francia.
Los Salones del Imperio no están abiertos al público en su totalidad, pero siempre tendrás oportunidad de ver una parte de estas grandes salas donde podrás observar las obras que mandó pintar el propio rey para reflejar todo el periodo de Francia que engloba el Directorio, el Consulado y el Imperio.
6. Los aposentos de las hijas de Luis XV
Unas de las historias que más suele llamar la atención entre los visitantes es la de las tres hijas de Luis XV, o como se las conoce desde hace siglos, las Mesdames. Las hermanas vivieron toda su vida en palacio durante el reinado de su padre y se quedaron solteras toda la vida, llamando la atención de la corte y dándolas a conocer como las “solteronas del Rey”.
Dentro de tu visita por el Palacio de Versalles, puedes pasar a conocer cuáles fueron los aposentos donde estas tres hermanas vivieron prácticamente toda su vida, pasando de rey en rey, hasta la llegada de la Revolución Francesa, con la que se vieron obligadas a huir de Palacio.
7. La sala de las Cruzadas
El Palacio de Versalles está lleno de lugares completamente insospechados y uno de ellos sin duda es La Sala de las Cruzadas. Si te gusta la época de la Edad Media, este lugar sin duda lo disfrutarás como un niño. Formada en su interior por cinco salas más pequeñas, este espacio fue mandado hacer por el Rey Luis Felipe 1843 y tenía la intención de rendir un tributo a las Cruzadas.
El interés que se tuvo en la época por la Edad Media, fue continuado durante toda la Revolución Francesa y buena parte de esta recopilación de artilugios y armas se puede ver reflejado en esta sala, la cual tiene una basta colección de armaduras y escudos de los principales personajes que participaron en estas batallas.
8. Los Jardines de Versalles
El interior del Palacio de Versalles es un auténtico espectáculo a nivel arquitectónico y de patrimonio. Sin embargo, lo que de verdad atrae y conquista a la mayoría de los turistas es su inmenso jardín. Por ello, te recomiendo que adquieras tu entrada a Versalles con los jardines. Con más de 800 hectáreas, este vasto lugar está lleno de importantes fuentes, cuevas y estanques y cuenta con una riquísima flora.
Recorrerlo en su totalidad es impensable si se van a pasar solo unas horas de visita; sin embargo, tienes la posibilidad de alquilar por menos de 40 euros la hora una bicicleta para poder moverte más rápido.
Los Jardines de Versalles son una de las pruebas más que evidentes del reflejo de riqueza y poder que tenía la monarquía en aquella época. Ya solamente estar pasando entre sus laberintos de arbustos y árboles harán que te sientas tan pequeño como una hormiga.
Las fuentes de los Jardines de Versalles
Abarcar todo el territorio de los jardines es algo impensable, pero, si quieres pasar un poco de largo en la visita al interior del Palacio y prestarle atención a estos enormes jardines, hay algunas fuentes que no puedes olvidar ver durante tu visita, como por ejemplo:
- Estanque de Latona
- Estanque de Apolo
- Estanque del Espejo
- Estanque de Neptuno
9. El Gran Trianón
El Gran Trianón es una parada obligatoria dentro de tu visita al Palacio de Versalles. Aunque queda un poco alejado de los Jardines y el Palacio, merece la pena caminar unos minutos para ver la que fue la residencia de descanso del Rey de Francia durante el siglo XVII.
En un primer momento, Trianón era una villa que estaba cercana al Palacio de Versalles, pero Luis XIV vio enseguida la posibilidad de construir allí mismo un lugar donde poder descansar de las obligaciones de la corte y mandó construir un enorme edificio de mármol que, aunque por sí solo es impresionante, es mucho menos ostentoso que el Palacio Real.
Para poder acceder a esta parte del complejo real y ver el interior del Gran Trianón, debes pagar un plus extra además de la entrada general a Versalles o, si ya tienes claro qué quieres verlo todo, puedes optar por sacar el pase “passport” con el que tendrás libre acceso.
El Pequeño Trianón
A muy pocos pasos de la residencia de ocio del Rey, puedes encontrar el denominado Pequeño Trianón, un lugar que fue usado durante varias generaciones como residencia alternativa y de recreo de la reina hasta que llegó a manos de María Antonieta.
10. Los Dominios de Maria Antonieta
María Antonieta es sin duda una de las monarcas más carismáticas que han pisado el Palacio de Versalles y, a día de hoy, puedes visitar una de las construcciones que mandó diseñar durante su periodo. Los dominios de Maria Antonieta no solo engloba el último periodo residencial que tuvo el Pequeño Trianón, sino, además, una pintoresca aldea aledaña.
La idea de María Antonieta era recrear de una forma un tanto idealizada el escenario de un ambiente rural con el que poder sentirse “más cercana” a la gente. Hoy en día, existe un trenecito que te puede acercar hasta esta zona del Palacio de Versalles para no perder mucho tiempo en el trayecto.
Los animales de María Antonieta
Dentro de esta invención de la Reina, podrás recorrer el molino que mandó hacer, el lago que lo rodea, los huertos e incluso las vaquerías, donde se cuenta que la propia Maria Antonieta ordeñaba a sus vacas.
A día de hoy, se siguen conservando las instalaciones y, sin duda, es un lugar bastante alternativo al resto del Palacio donde podrás estar más en contacto con la naturaleza, tal y como María Antonieta pretendía. Si viajas con niños a Versalles, esta sin duda será su parada favorita ya que aún se conserva el espacio como una granja y podrás ver animales viviendo en su interior, así como patos, cisnes y gansos en el centenario lago.
Dónde comer y descansar en el Palacio de Versalles
Visitar el Palacio de Versalles es una actividad que seguramente te llevará todo el día hacer, por lo que será necesario que hagas una pausa para almorzar y recargar energías. Debes saber que no está permitido acceder con comida a su interior, pero, sin embargo, Versalles tiene varios lugares para comer.
Estos lugares son:
- Restaurante Angelina
- Grand Café d'Orléan
- Restaurante ORE
Asimismo, también podrás encontrar puestos y quioscos a lo largo de los Jardines para poder comer algo mientras disfrutas del espectacular entorno. Además, también podrás ver que a la entrada y salida del recinto hay tiendas del propio Palacio de Versalles donde podrás llevarte un recuerdo.
El Palacio de Versalles es una de las cosas que tienes que ver en tu viaje a París., además de uno de los lugares con más historia de todo Francia. Merece la pena dedicar un día entero para visitarlo y recorrer todas sus salas y zonas tanto dentro como fuera del Palacio. Puedes aprovechar las actividades o exposiciones temporales dependiendo en la época del año en la que vayas, pero, sin duda, no te puedes perder los 10 imprescindibles que acabamos de repasar.