Qué ver en el interior del Duomo de Milán
Descubre los tesoros de la catedral milanesa, una de las más bellas del país transalpino. Este artículo te desvela las joyas custodiadas en su interior y sus historias
La tercera iglesia católica del mundo se encuentra entre los atractivos que ver en Milán. Las obras necesitaron casi cinco siglos y de algún modo se puede decir que no acabaron nunca. La Veneranda Fabbrica del Duomo sigue ocupándose de arreglar los desperfectos y reemplazar las estatuas dañadas.
La catedral milanesa está revestida por un mármol particular que se sigue extrayendo en Candoglia, a orillas del Lago Maggiore. Esta magnífica cobertura ampara las joyas y los detalles curiosos que se ocultan en el interior. Este artículo te servirá de guía para tu paseo en el Duomo.
1. Quédate maravillado debajo de las vidrieras monumentales
La catedral dedicada a la Virgen María está decorada con más de 50 vidrieras realizadas por los maestros de la época. Estos grandes lucernarios eran de fundamental importancia: iluminan el Duomo y representan varias escenas de las Sagradas Escrituras que cualquiera puede entender, desde los cultos hasta los más humildes.
Durante la Edad Media, la luz tenía un fuerte significado simbólico: era una expresión de lo divino y la contrapartida de la oscuridad, que era sinónimo de pecado. Si el estilo románico se caracteriza por el silencio y la contemplación, el arte gótico busca un acercamiento a Dios y lo persigue con ambientes diáfanos y arquitecturas que tocan el cielo.
Al entrar, tómate tu tiempo para caminar debajo de las grandes vidrieras que retratan vidas de santos, escenas bíblicas y otras anécdotas. Si visitas Milán en Navidad, las ventanas se iluminan desde el interior creando una atmósfera muy sugerente.
2. Descubre la historia del Clavo Sagrado
La catedral milanesa alberga una reliquia muy preciada: un clavo de la Santa Cruz. Si te estás preguntando cómo pudo llegar al norte de Italia, hay varias teorías. Según la más acreditada, fue hallado por Santa Elena, madre del emperador Constantino, durante un viaje a Tierra Santa.
Tras la muerte de Constantino y de sus herederos, el clavo llegó a las manos de Teodosio I el Grande y después se perdieron sus huellas. Afortunadamente, el futuro patrón de la ciudad, Sant'Ambrogio, lo encontró unos años después en el taller de un herrador. En un primer momento, la reliquia se encontraba en la desaparecida basílica de Santa Tecla.
Finalmente, fue trasladada dentro del Duomo el 20 de marzo de 1461 y desde entonces se custodia en el punto más alto del ábside. Si visitas Milán en septiembre puedes presenciar al rito della Nivola, un ritual que recoge el clavo del ábside para acercarlo al suelo. Para realizarlo, el arzobispo sube a una estructura en forma de nube que data del siglo XVII.
Este dispositivo está decorado con figuras de ángeles y se eleva hasta 40 metros de altura. Normalmente, el ritual se realiza en la fiesta religiosa de la Exaltación de la Santa Cruz que se celebra el 14 de septiembre.
3. Contempla las pinturas de San Carlo
Entre las columnas de la Catedral hacen una hermosa presencia una serie de pinturas, llamadas "Quadroni". Rinden homenaje a la figura de San Carlo Borromeo, arzobispo de la ciudad en el siglo XVI.
Fue una figura importante y se le recuerda por las visitas frecuentes a todas sus diócesis y por haber ayudado a miles de enfermos durante la epidemia de peste de 1576.
Las pinturas ilustran la vida y los milagros del santo: la administración de los sacramentos a los apestados, el encuentro con los príncipes de Saboya en Turín, su funeral en el Duomo y otros episodios.
Desafortunadamente no se pueden ver todo el año: se exhiben el 4 de noviembre, día de San Carlo Borromeo, y se quedan dentro de la catedral por poco menos de dos meses. Si visitas Milán en enero, primera mitad, tendrás tiempo de verlos.
San Carlo era originario de Arona, un pueblo en el Lago Maggiore. Arona no es solamente conocida por la enorme estatua que lo retrata, sino también por su hermoso paseo a orillas del lago con vistas a la Rocca di Angera, una fortaleza situada en la otra orilla. Tenla en cuenta si buscas tours y excursiones desde Milán.
4. Encuentra el Saco del Juicio Final
Al entrar en la catedral, dirígete hacia el primer vano derecho y levanta la mirada. Verás una gran tela de arpillera que cuelga del techo.
Nadie sabe el contenido y se dice que sólo caerá cuando llegue el fin del mundo. Tampoco se sabe cómo acabó en la parte final de la catedral…
5. Mira de cerca la estatua de San Bartolomé Desollado
San Bartolomé fue uno de los doce apóstoles y fue desollado vivo por no haber abjurado de la fe cristiana. Una estatua recuerda este episodio y podrás verla en uno de los accesos laterales de la catedral. En realidad, en origen estaba en la plaza pero se desplazó en el interior porqué espantaba a la gente más sensible.
No te dejes engañar, lo que a primera vista parece un mantel es en realidad su piel que le cuelga de los hombros. La tez removida deja al descubierto los músculos y tendones del santo que destacan por la precisión anatómica.
6. Busca el Reloj solar
Entrando en la catedral de Milán, con un poco de atención verás una línea metálica en el suelo que cruza las cinco naves y sube unos metros por el lado izquierdo. Si te fijas bien, en el muro opuesto hay un pequeño agujero a unos 24 metros de altura y con un diámetro de unos 2,5 centímetros. Al mediodía, el sol se cuela por el agujero, alcanza la pared opuesta y la luz se proyecta sobre la tira de latón.
Gracias a este método, los milaneses podían conocer la hora exacta, un elemento muy importante en una ciudad que estaba experimentando una época dorada. En efecto, el reloj solar fue construido bajo el imperio de José II de Habsburgo que también introdujo la iluminación de las calles principales con luces de aceite y la numeración de todos los edificios.
El reloj solar del Duomo es uno de los más precisos del mundo y su construcción se debe a los astrónomos del observatorio de Brera que sigue existiendo hoy en día y que está complementado por un museo que alberga las antiguas herramientas de los científicos. Como puedes imaginar, se encuentra a lado de la famosa Pinacoteca de Milán.
7. Párate enfrente del monumento de Gian Giacomo Medici
La familia de los Medici está ligada a Florencia, pero éste miembro no tiene nada a qué ver con ellos. Gian Giacomo nació en Milán a finales del siglo XV. Ya muy joven se distinguió por algunas hazañas militares, especialmente contra los güelfos y los franceses. Sus éxitos le llevaron a luchar por el ejército de Carlos I de España.
Fue un gran líder y, a su muerte en 1555, el Papa Pío IV encargó un monumento funerario al famoso escultor Leone Leoni. La figura del soldado ocupa el centro de la composición y se representa con la pierna izquierda adelantada y parcialmente cubierta por un manto. En ambos lados están las alegorías de la Paz y la Milicia.
8. Conoce la historia del Baptisterio de San Giovanni alle Fonti
En el año 378, el patrón de la ciudad, San Ambrosio, ordenó su construcción para hacer frente al aumento de población. Está inspirado en los mausoleos imperiales ya que Milán era en ese momento la capital del Imperio Romano de Occidente.
Tenía ocho lados y tres escalones conducían a los fieles a la tina. Podrás ver sus restos en los bajos de la Catedral.
9. Admira el sarcófago de Ottone Visconti
Ottone Visconti, apodado Ottorino, fue una figura clave en la historia de Milán. Su familia compitió con la de los Torriani por el control de la ciudad y solo después de largos años de lucha, Ottone se convirtió en arzobispo y entregó las riendas del poder a su nieto Matteo.
Empezaba así la dinastía de los Visconti que gobernó sobre la capital lombarda por dos largos siglos.
Después de su muerte, sus restos fueron colocados en un sarcófago sostenido por dos columnas de mármol rojo. Su estructura hace un guiño a los monumentos funerarios romanos en pórfido y sirvió de inspiración para el Arca de Berardo Maggi, otro monumento funerario conservado en la catedral vieja de Brescia.
Por cierto, si te interesa visitar Brescia u otras localidades en la región de Lombardía, te recomiendo leer el post sobre los mejores tours y excursiones desde Milán.
10. Órgano del Duomo
Es el instrumento de tubo más grande de Italia y entra en el ranking de los diez primeros del mundo. Se encuentra a ambos lados del presbiterio y es muy impresionante pero su principal característica es la ecléctica estructura sonora.
Además, en 2019 se reformó por completo para seguir garantizando una excelente calidad de sonido. Puedes escucharlo los días de misa.
Bonus track: el dragón Tarantasio
Cuenta la leyenda que allá por el año 1100, en los alrededores de Milán había un gran lago donde vivía una criatura aterradora: el dragón Tarantasio.
Nadie logró derrotarlo hasta que lo intentó Umberto Visconti, el progenitor de la homónima familia aristocrática. Una estatua recuerda a este monstruo legendario.
No se encuentra en el interior del Duomo, pero casi. Lo verás a la derecha de la puerta central, cerca del friso de mármol.
Por cierto, algunos piensan que un dragón vive en el Lago di Como. Es conocido como lariosauro y se escondería en unas cuevas bajo el agua. Para descubrir si es un mito o un hecho real, sólo debes hacer una excursión al lago di Como desde Milán.
Dónde comer cerca de la Catedral de Milán
El Duomo y su plaza son el corazón de la ciudad. En los alrededores hay miles de opciones para comer, de las opciones baratas a las más caras.
Al ser una zona muy turística, es importante conocer los establecimientos que ofrecen la auténtica comida italiana y lo mejor de la gastronomía internacional. El listado de abajo enumera las opciones recomendables:
- Maio Restaurant, donde gastronomía y vistas se abrazan. Propone una cocina italiana que guiña el ojo a las nuevas tendencias. También cuenta con una carta de vinos muy variada (Piazza del Duomo - Centro Comercial La Rinascente, planta 7)
- Ciciarà, un restaurante que sigue la filosofía de la “Nueva cocina antigua”. Traducido, reinterpreta los platos de la tradición sin desvirtuarla. Se encuentra cerca de la Basílica de Santo Stefano Maggiore (Piazza Santo Stefano 8)
- Gino Sorbillo Lievito Madre, la cadena de pizzerías que arrasa en el país transalpino. El progenitor Luigi Sorbillo abrió su primer restaurante en Nápoles en 1935 y año tras año, los restaurantes se han multiplicado tanto en Italia como en el extranjero (Largo Corsia dei Servi 11)
- Savini Milano 1867, un clásico de la Galleria Vittorio Emanuele. Es uno de los restaurantes más antiguos y famosos de la ciudad y un punto de encuentro de la jet set italiana e internacional (Via Ugo Foscolo 5 esquina Galleria Vittorio Emanuele II, planta 1)
- Temakinho, la fusión entre Japón y América del Sur. El establecimiento cerca del Duomo se encuentra en Via Guglielmo Marconi 4 pero, si te gusta y quieres repetir, encontrarás más restaurantes en la ciudad
Para tener más ideas, te recomiendo leer el post sobre las 10 cosas que ver y hacer en la plaza del Duomo de Milán.