10 cosas que ver y hacer en Venecia en Navidad

Toda Venecia se transforma durante la Navidad, desde el centro histórico hasta sus barrios menos turísticos. La iluminación y la decoración hacen que la ciudad en estas fechas luzca de manera diferente al resto del año y que su clásica atmósfera romántica se potencie aún más.

La iluminación no es el único gran motivo para pasar la Navidad en Venecia. A los atractivos habituales de Venecia, que siguen pudiéndose visitar sin problemas, se les une una serie de fiestas, mercados y tradiciones que transforman sus calles en un mundo mágico que descubrir con más calma que en verano.

Una de las tradiciones más asentadas en Venecia durante las navidades es la celebración de conciertos. No importa si eres aficionado a la música clásica o no para asistir a alguno, ya que solo con contemplar los sitios en los que tienen lugar hace que valga la pena. Si te animas a acudir a alguna de estas actuaciones debes ser previsor y comprar las entradas con bastante antelación.

Algunos de estos conciertos se celebran en iglesias de la ciudad. En estos vas a poder elegir entre los de música tradicional navideña hasta, en algunos casos, los de música más moderna. Sin ningún lugar a dudas, los conciertos más importantes son los ofrecidos en el Teatro La Fenice, un referente en el mundo de la ópera en todo el mundo y que bien merece la pena visitar. Aunque las representaciones son continuas durante todo el periodo navideño, el momento cumbre se produce en Fin de Año, con un concierto especial.

En algunos palacios de la ciudad también es frecuente encontrar conciertos o en algunas plazas, como la plaza de la Basílica de San Marcos, donde podrás escuchar composiciones navideñas únicas.

Los que vayan a pasar unos 3 días o más en Venecia deberían planificar una excursión a las cercanas islas de Murano y Burano. Si la estancia se produce en Navidad, la primera de estas localizaciones te va a sorprender con una intensa lista de actividades relacionadas con su actividad más conocida: el soplado del vidrio.

Este festival, denominado Natale di Vetro, viene celebrándose desde hace ya varios años. Toda la localidad se llena de eventos, exposiciones, esculturas y talleres sobre la artesanía en vidrio.

Varias de sus plazas principales se adornan con las más bellas esculturas realizadas con ese material y varios talleres de la zona dan pequeñas clases para los interesados en aprender algo sobre el soplado tradicional del vidrio.

Si quieres contemplar la llegada de San Nicolás de una manera original y diferente no hay duda de que Venecia es el lugar indicado. Todos los años, el 23 de diciembre, el santo llega a la ciudad de la manera más típica posible: en góndola. Si vas con niños a Venecia, esta experiencia les va a encantar, sobre todo si después se quedan a disfrutar del chocolate caliente y los dulces que se reparten entre los más pequeños.

La llegada de San Nicolás tiene lugar en Campo San Vio. Para recibirlo, todos los gondoleros se ponen gorros rojos y adornan sus góndolas con cojines y otros artículos navideños. Es también uno de los momentos más entrañables para realizar un paseo por los canales de Venecia mientras te empapas del espíritu navideño.

Pocos finales de año más especiales puede haber que pasarlo en Venecia. Puede que muchos consideren que el invierno no es la mejor época para viajar a Venecia, pero vivir la cuenta atrás en la plaza de San Marcos y después contemplar los fuegos artificiales reflejados en las aguas de los canales es una experiencia que difícilmente olvidarás.

Para empezar la velada nada mejor que escuchar los coros de la plaza de San Marcos en un ambiente totalmente festivo. Después, si has tenido la precaución de reservar con antelación, debes cenar en algún restaurante de Venecia sin que falten las tradicionales lentejas con las que los italianos dan la bienvenida al nuevo año.

Ya cerca de la medianoche, el mejor lugar de la ciudad vuelve a ser la plaza de San Marcos. Allí, serás testigo de la cuenta atrás que señala el comienzo del año nuevo. Entre felicitaciones y besos, dará comienzo un estupendo espectáculo de fuegos artificiales que iluminará el cielo y los canales. Si has sido capaz de aguantar despierto toda la noche o si has madrugado mucho, lo tradicional es coger el vaporetto o un taxi acuático para dirigirse a las playas del Lido. Allí, los más valientes se dan el primer baño del año desafiando las bajas temperaturas.

No todos los mercados navideños de Venecia se instalan en el exterior. Si quieres conocer uno situado en el interior de un palacio de finales del siglo XVII y recorrer los puestos dedicados a la artesanía de alto nivel, el del Ca ‘Zenobio, es la mejor elección.

En este palacio, y durante unos pocos días de diciembre, se reúnen artesanos de alto nivel que ofrecen sus productos. Obviamente, el precio es bastante mayor que el de los mercados al aire libre, pero la calidad de lo expuesto vale lo que piden por ellos.

En el Palazzo no solo vas a poder realizar esas compras. Durante la Navidad se organizan desde sesiones de cine con temática navideña hasta un taller de perfumes, así como lectura animada para niños y un taller de máscaras venecianas.

Las luces navideñas en la ciudad de Venecia, además de por su propia belleza, consiguen un efecto espectacular al reflejarse en sus canales. Pasear por las plazas y calles fijándose en los edificios históricos se convierte así es un atractivo turístico por derecho propio.

Aunque el lugar con una iluminación más fabulosa es la plaza de San Marcos, el resto de la ciudad no se queda atrás. No te puedes perder, entre otros puntos, la imagen del Puente Rialto iluminado en el Gran Canal

Para contemplar esa iluminación desde un punto de vista diferente te recomiendo contratar uno de los pequeños cruceros por el Gran Canal. Desde la embarcación podrás ver cómo la decoración navideña engalana los mejores puentes de Venecia, las iglesias y los palacios.

Una de las mejores actividades que pueden hacerse en Venecia en el mes de diciembre es pasear por los mercadillos navideños que se instalan en varios puntos de la ciudad. En ellos, además de admirar la belleza de su decoración, vas a poder comprar una gran cantidad de productos típicos, tanto decorativos como de alimentación. En algunos de ellos se incluyen atracciones para que los niños lo pasen aún mejor.

Los mercados venecianos rebosan de espíritu navideño y de calor humano, con una interesante mezcla de locales y turistas italianos e internacionales. El más conocido es del de Campo Santo Stefano, aunque los de Campo San Bortolo, Campo dei Santi Apostoli y los del Mestre no se quedan atrás en interés.

Los que estén buscando algún regalo o comprarse un capricho van a poder elegir entre una gran cantidad de productos, desde panettones a vinos, pasando por adornos navideños y por los objetos de vidrio de Murano o los tejidos de Burano. O ¿por qué no? Aprende a soplar vidrio y llévate tu propia pieza de recuerdo.

Después de visitar los monumentos más famosos de Venecia puedes animarte a realizar una actividad divertida y que, además, te va a permitir entrar en calor: patinar sobre hielo. A partir de los primeros días de diciembre se instala en la segunda plaza más grande de la ciudad, Campo San Polo , una gran pista de patinaje para que niños y adultos disfruten durante un buen rato.

Aunque la pista no cierra muy tarde (el día 25 a las 20:00 y el resto sobre las 19:00) pasar un buen rato en ella puede ser un gran inicio para después disfrutar de la noche veneciana.

Además del propio patinaje, los que se animen van a poder admirar la belleza de los edificios que componen la histórica plaza. En la zona se instalan también puestos que venden comida y bebida. Así, cuando dejes la pista, puedes probar algún buen dulce acompañado de un vin brulè, un buen vino caliente con especias.

Es posible que estés paseando tranquilamente por Venecia a mediados de diciembre y empieces a encontrarte a mucha gente disfrazada de Santa Claus (o de Babbo Natale en italiano). No pienses que ocurre nada extraño: solo se trata de la carrera que tiene lugar cada año en la ciudad y en la que, si quieres, puedes participar.

Esta carrera viene celebrándose desde hace pocos años, pero ya se ha convertido en una cita obligada en las navidades venecianas. Su éxito ha provocado que participen unas 1000 personas, tanto profesionales como simples aficionados (incluidos niños y, a veces, algunos perros también con su correspondiente disfraz). Se trata, simplemente, de divertirse corriendo de esa guisa por el centro de la ciudad.

Aunque no te atrevas a participar, el ambiente en la calle es lo suficientemente divertido para que merezca la pena unirte a la fiesta. Normalmente la meta está situada en la plaza de San Marcos, al lado de la basílica, y la imagen de cientos de Santa Claus llegando a ella es una foto para enseñar a todos los amigos.

Otro espectáculo que no puedes perderte durante las navidades en Venecia es la célebre regata de la Befana. Esta se celebra el 6 de enero, aunque realmente te darás cuenta cuando empieces a ver a un gran número de adultos y niños disfrazados de anciana. La Befana es una tradición italiana relacionada con la Epifanía. Se trata de una bruja que, volando en una escoba, deja regalos a los niños que se han portado bien y carbón a los que han tenido un comportamiento “menos bueno”.

Como no podía ser menos, Venecia ha adaptado esa tradición a su particular urbanismo y cada año se celebra una regata en la que todos los participantes van disfrazados de Befana. La regata, realmente espectacular, se desarrolla en el Gran Canal. Por supuesto, tampoco faltan los puestos para beber y comer ni la música y el ambiente festivo.

Ese mismo día puedes asistir a un exclusivo evento que solo tiene lugar dos veces al año. Sobre el mediodía, el mecanismo de timbre del la Torre dell'Orologio de la plaza de San Marcos se activa y se abre el panel lateral. Por ese panel aparece un carrusel de estatuas de madera que representan un desfile de Navidad, con los Reyes Magos desfilando frente a la Virgen María.

La verdad es que el clima navideño de Venecia no es de los más atractivos para los viajeros. Para empezar, las temperaturas son bajas, con una sensación de frío que aumenta debido a la humedad y al viento.

Durante estas fechas no esperes que las máximas suban de unos 8º, mientras que las mínimas van a rozar los 0º. Por supuesto, estas son las medias más habituales, pero te recomiendo que siempre compruebes la previsión del tiempo poco antes de viajar.

El Acqua Alta

Por otra parte, en diciembre y, por lo tanto, en Navidad, puede producirse algún episodio de acqua alta, esto es, una subida de la marea que inunda parte de la ciudad. La mayoría de las veces, estas inundaciones no pasan de unos pocos centímetros y la ciudad está sobradamente preparada para ellas.

Solo en las ocasiones en las que el acqua alta es particularmente dañina, con inundaciones que sí afectan a la vida cotidiana de la ciudad, los visitantes tienen que dejar de hacer sus recorridos hasta que todo recupere la normalidad, en apenas 2 o 3 horas.

Existe una página web que avisa de la posibilidad de que se produzca este evento y del grado de gravedad. Desafortunadamente, solo es fiable a 72 horas vista, así que a partir de ahí tendrás que confiar en tu suerte. Cuando las inundaciones van a ser altas, la ciudad avisa mediante unas sirenas que suenan por la mañana.

Prepara tu ropa de abrigo si vas a visitar Venecia en Navidad. No puede faltar alguna chaqueta gruesa (e impermeable, a ser posible), varios jerséis, gorro, guantes y bufanda. Los más frioleros también deberían llevar alguna camiseta térmica.

El calzado, por su parte, debe ser cómodo, impermeable y calentito. No está de más, en cualquier caso, incluir unas botas de agua por si acaso.

A pesar del clima, Venecia sigue siendo un destino muy atractivo para Navidad. Las ventajas van más allá de la bajada de precio en los vuelos y hoteles y se van a dejar notar durante tu estancia.

Para empezar, el ambiente que vas a encontrar en Navidad es mucho menos turístico. Son los venecianos los que van a llenar las calles y a disfrutar de todos los eventos, algo que en verano en Venecia es casi imposible de encontrar.

Este menor número de turistas conlleva otra ventaja importante: evitar las enormes colas para entrar en los principales atractivos turísticos. Así, vas a poder pasear por San Marcos, visitar la Basílica de San Marcos o el Palacio Ducal sin grandes aglomeraciones.